jueves, 28 de enero de 2010

QUIERO DARTE


Quiero darte...pienso,
mientras subo en el andén,
realizo transbordos
y recorro cada día el mismo trayecto.
Quiero darte...

No habitamos en islas verdes,
ni en casas confortables
y todo se nos viene encima.
Me dijeste que tu ángel secreto es el amor
en ese anochecer, en la calma,
que los mundos que me das, los traes
de entre lo destruído
porque no tienes otra cosa
pero de ahí, creas nuestro espacio
y me ofreces una cuarta dimensión de tu existencia
como el alma eslava en secreto espacio.

Sobre la madera
de la nueva casa
escucho correr los caballos
que nos llevan
hacia lo que nos consuela.

Fotografía de Lori Vrba

domingo, 24 de enero de 2010

CHANTAL MAILLARD


"Occidente se entromete. Occidente con su libertad asoladora. Misionera de derechos humanos. Hicieron falta derechos ahí donde dejó de haber respeto. Hicieron falta leyes ahí donde dejó de haber comprensión. Occidente y sus derechos conquistados hace apenas dos siglos en función de una industrialización esclavista. Exportándolos ahí donde el respeto y la comprensión de la naturaleza humana hacía oficio de ley. Exportando sus códigos éticos después de haber exportado sus valores de mercado, como compensación, como complemento. Después de haber introducido los valores de depradación que fomentan la competencia, la rivalidad, la envidia y la insatisfacción. Sólo en una sociedad que no tiene necesidad de la unidad del grupo para sobrevivir pueden permitirse los individuos una economía del deseo y la provocación."

"¿Qué le debe el norte de Europa a los pueblos trashumantes? ¿Qué tienen que ver conmigo los monoteísmos nacidos del desierto? No reconozco en ninguna de mis células un ápice de monoteísmo. Por mi cuerpo no viaja esa memoria. Sino la fecundidad oscura y contenida de los líquenes y el musgo en los bosques inmensos. Alma pagana, mi historia está libre de amos omnipresentes y celosos."

Chantal Maillard, Husos, Notas al margen

viernes, 22 de enero de 2010

OF TIME AND THE CITY DE TERENCE DAVIES


"En la mayoría de las ciudades industriales se produce el mismo fenómeno. Se destruían las barriadas más pobres y las ciudades que se construían allí debían ser una suerte de nueva Jerusalén para resolver todos los males. Realmente, creíamos que eso era posible; pero traicionaron nuestra fe, a pesar de que los políticos construyeran esas viviendas con una intención real de mejorar el hábitat. Estaban mal diseñadas, mal construidas. Al cabo de cinco años, se convertían en lugares mucho peores que aquellos a los que se había sustituido. Todo esto coincidió con el comienzo del declive de la ciudad.
Pero la falta de presupuesto para sostener esta política transformó la esperanza en traición, tanto que cuando destruyeron las barriadas, arrasaron también mansiones históricas del siglo XVIII. Hubiera sido más razonable restaurarlas y rehabilitarlas.
No sé por qué estas imágenes fueron las que surgieron en mi mente, en primer lugar, pero rápidamente supe que incluiría la canción The Folks Who Live on the Hill de Peggy Lee . En ese momento, me dije a mí mismo: ¡Ya tenemos una secuencia!¡Ya tenemos una película!
Lloro la ciudad que fue y ya no es y daría todo lo que tengo por volver a vivir esos cuatro años en los que fui feliz. Nadie desea ser desgraciado el resto de sus días. Eso es lo que cuenta de este instante. Pero yo no lo llamaría nostalgia: la nostalgia implica sentimentalidad y yo no soy un sentimental. De hecho, busco la experiencia de la pérdida del tiempo pasado. No hay que tener nostalgia de nada: éramos pobres, había ratas en los lavabos…"

"Mi padre, que era un hombre violento, murió cuando yo tenía siete años e iba a la escuela primaria. Mi colegio era mixto, todos mis profesores eran mujeres, fui muy feliz allí. Un día, con once años, yo estaba en casa en lugar de ir a jugar al parque o ir al cine. Veía como en el garaje de la casa de enfrente estaban levantando un muro. Observé que el trabajador de la casa de enfrente llevaba un vaquero muy ceñido. Rápidamente comprendí que no debía mirarle de ese modo y mi infancia se detuvo en seco. En un instante supe que se había terminado. No sabía lo que fallaba, pero lo sentía. En el instituto, me pegaron durante años por lo que era. El escaso amor propio que tenía se esfumó durante aquellos años.
Soy un autodidacta. Dejé la escuela a los quince años para comenzar a trabajar. El primer año de trabajo leí todo Dickens. Lo devoraba todo: las Brontë, Günter Grass, Kafka… Y descubrí la música. Pero nunca fui a la universidad...Intento ser honesto y realista...Siento las cosas intensamente. De niño, el mundo se va descubriendo poco a poco cada día. Esas sensaciones me marcaron para siempre..."

"Nostalgia de nada", Entrevista a Terence Davies de Grégory Valens en Zinema

lunes, 18 de enero de 2010

YA NO CREO, DE MARINA TSVIETÁIEVA



¡Nostalgia del pais natal! ¡Embrollo
resuelto hace ya tiempo!
Me da igual -
donde estar sola

y qué piedras pisar
cabizbaja y con la compra
rumbo a una casa que no se sabe mía,
como algún hospital o un cuartel.

Me da igual, en medio de qué
caras encolerizarme como un león
enjaulado, y de dónde
ser expulsada - sin perdón -

hacia mí misma, hacia mis peculiares sentimientos.
Como un oso de Kamchatka sin su hielo
en dónde no avenirme (¡no lo entiendo siquiera!)
adónde ir a humillarme - me da igual.

Ya no creo en mi lengua
materna ni en su llamado visceral.
¡Me da igual en qué idioma
no ser entendida

por un lector que engulle
toneladas de periódicos y ordeña chismes!...
Él es del siglo veinte
Yo - estoy por encima de los siglos.

Me encuentro pasmada, como un tronco
al que han dejado fuera de la alameda.
Todos me dan igual, todo me da igual
y, tal vez, de todo lo que más

es lo que más cercano me ha sido.
Todas las marcas, todas las señales
todas las fechas me las han quitado:
el alma fue a nacer - por ahí.

Tanto me descuidó mi país
que ni el más perspicaz de los detectives
encontrará a lo largo del alma - y a lo ancho
una mancha de nacimiento.

Toda cosa me es ajena, todo templo está vacío para mí.
Y todo - me da igual, y todo - me es lo mismo.
Pero si encuentro por el camino - un arbusto
y sobre todo - de serbal...

viernes, 15 de enero de 2010

ERIC ROHMER: PERSONAJES Y DUDAS


El cine de Eric Rohmer se caracteriza por el pensamiento imparable y las disertaciones filosóficas sobre la moral, el azar, la vida, la ética, la filosofía, las probabilidades matemáticas, de sus personajes. Busca el realismo y sus protagonistas constituyen en su puesta en escena, el motor de sus películas. Casi siempre son mujeres que por su personalidad toman la iniciativa, unas son libres, otras tímidas y solitarias, otras indecisas. Todas piensan, dudan y buscan incesantemente. Nos muestran fragilidad, emociones y sentimientos, y nos reconocemos.
Eric Rohmer fue sin duda el precursor de lo que sería la Nouvelle Vague: política de bajos presupuestos, independencia creativa, ausencia de grandes estrellas, rodajes artesanales, en exteriores naturales a plena luz del día...
El cine humano, sin artificio, pierde otro de sus creadores.
Imagen de "Mi noche con Maud"
Eric Rohmer (4 de abril 1920-11 de enero 2010)

martes, 12 de enero de 2010

ANSIA, DE SARAH KANE


Quiero dormir a tu lado y hacerte las compras y cargarte las bolsas y decirte cuánto me gusta estar contigo pero me siguen obligando a hacer estupideces...Y quiero jugar al escondite y regalarte mi ropa y decirte cuánto me gustan tus zapatos y sentarme en el borde de la bañera mientras te bañas y hacerte masajes en el cuello y darte besos en los pies y llevarte de la mano e irme contigo a cenar y que no me importe que comas de mi plato y encontrarme contigo en el Rudy's y hablar del día y mecanografiar tus cartas y llevar tus cajas y reírme de tus paranoias y regalarte discos que nunca escucharás y ver películas buenísimas y ver películas malas y quejarme del programa de radio y hacerte fotos mientras duermes y levantarme para prepararte café con tostadas y panecillos y salir contigo a tomar un café al Florent en medio de la noche y dejar que me robes los cigarrillos y que nunca tengas fuego y contarte lo que vi en la tele la otra noche y acompañarte al oculista y no reírme de tus chistes y desearte por la mañana pero dejarte dormir un poco más y mientras darte besos en la espalda y acariciar tu piel y decirte cuánto me gusta tu pelo, tus ojos, tus labios, tu cuello, tu pecho, tu culo y sentarme a fumar en la escalera hasta que vuelva tu vecina y sentarme a fumar en la escalera hasta que vuelvas y preocuparme cuando te atrasas y asombrarme cuando te adelantas y regalarte girasoles e ir a tu fiesta y bailar hasta quedar negro y estar triste cuando me equivoque y feliz cuando me perdones y mirar tus fotos y desear haberte conocido desde siempre y sentir tu voz en mis oídos y sentir tu piel contra mi piel y tener mucho miedo cuando te enojes y se te ponga un ojo negro y otro azul y tu pelo hacia la izquierda y una cara de oriental y decirte estás preciosa y abrazarte cuando estés ansiosa y abrazarte más cuando sufras y desearte sólo con olerte y abusarme al tocarte y gemir cuando esté a tu lado y gemir cuando no esté a tu lado y babear sobre tu pecho y envolverte toda la noche y sentir frío cuando me quites la manta y sentir calor cuando no lo hagas y derretirme cuando sonrías y desintegrarme cuando rías y no entender y preguntarte por qué creés que te estoy rechazando cuando no te estoy rechazando y preguntarme cómo puedes pensar que yo sería capaz de rechazarte a ti y preguntarme quién eres pero aceptarte igual y contarte acerca del ángel del niño del bosque encantado que voló sobre el océano porque te amaba y escribirte poemas y preguntarme por qué no me crees y tener un sentimiento tan profundo que no encuentra palabras y querer compartir un gatito y sentir celos de él cuando reciba más atención que yo y retenerte en la cama cuando te tengas que ir y llorar como un bebé cuando finalmente te vayas y vaciar los ceniceros y comprarte regalos que no quieras y llevármelos otra vez y pedirte que te cases conmigo y que tú me digas que no otra vez pero siempre fue en serio desde la primera vez y deambular por toda la ciudad pensando que sin ti está vacía y querer todo lo que quieres y pensar que me estoy perdiendo a mí misma y saber que contigo estoy a salvo y contarte de mí misma lo peor e intentar darte lo mejor porque tú lo mereces y contestar tus preguntas cuando prefiera no hacerlo y decirte la verdad cuando en realidad no quiera e intentar ser honesta porque sé que tú lo prefieres y pensar que todo se acabó pero aferrarme allí durante diez minutos más hasta que me eches de tu vida y te olvides de quién soy e intentar acercarme a ti porque es hermoso aprender a conocerte y el esfuerzo vale la pena y hablarte mal en alemán y peor en hebreo y hacer el amor contigo a las tres de la madrugada y de alguna de alguna manera comunicarte ese amor abrumador arrasador incondicional omnipresente y eterno que enriquece el corazón y libera la mente ese amor eterno y presente que siento por ti.

jueves, 7 de enero de 2010

Lhasa de Sela


Yo necesito canciones así como las hacía ella. Como las sentía y las cantaba. Sin miedo ni medida. La desesperación, el fuego, la pasión, el desgarro, la espiritualidad y la melancolía, el enigma, el dolor, el desamor... la música y su voz que te envuelven en una atmósfera poética...me siento menos sola...logra hacerte sentir que tu errancia y tu desarraigo también está en otras almas. Todo en ella era auténtico y de verdad.
Lhasa de Sela. (Big Indian, 27 de septiembre de 1972-Montreal, 1 de enero de 2010).

lunes, 4 de enero de 2010

EL VIAJE



Agua y piedras.
Voy a nadar hasta cruzar al otro lado.
Mis heridas se curarán por el camino.
Los edificios a los lados del río volarán por las nubes
mientras todo se deshiela.
"Hace mucho calor y veo mariposas nocturnas posándose en flores plateadas"
Me gustaría saber.
Saber hacia dónde se puede ir.
He atravesado el frío
y el silencioso eco de ese frío.
Ya no tengo casa.
Te he hablado de un árbol rojo.
Furiosamente enciendo velas
que dentro me marquen un camino. Como
cuando hemos buscado juntas
la imagen Makarska al pie del monte Biokovo,
la escena del mar Adriático con el horizonte azul,
la Casa de las Flores en Belgrado.
Solía soñar con escapar, con escapar de los glaciares
que siempre aparecían en mis sueños
porque temía desaparecer muerta de frío allí sola.
Todavía tengo mi pequeño gorro de Montenegro.
Durante el viaje ví flores
cubiertas de nieve
y en las consignas de las estaciones
maletas abandonadas.
Los atardeceres de invierno
de los paises devorados por la niebla
quedan lejos.

Imagen de Albena Markova