sábado, 17 de diciembre de 2011

Besando espejos


no tengo calefacción y por la noche paso mucho frío. aquí las nubes siempre son grises, llevo tres capas de ropa, y la manta es como un lápiz labial contra la oscuridad del invierno, aquí, aquí dentro, hiela más que en ningún lugar, pero hoy me he despertado en sábanas de franela suave, mi madre las compró para mí, algo debía intuir, cuando le dije que no, que no, que no paso frío, que todo lo puedo soportar, la más hermosa, la mujer más anómala, la más estrafalaria del mundo, besando espejos, cristales, saliendo del baño con sal en los labios, la sangre punzante en mi sexo, es el lenguaje de la mandíbula, de la garganta, la zona binaria de mi cuerpo, ansío-no ansío, amo-no amo, sangro-no sangro, soy-no soy. voy a escribir con horror lo que quiero decir, pero es sólo una costura en la herida, entonces podría escribir acerca de la gran soledad, acerca del rosal que me crucé el otro día y entró dentro de mi mirada, y después la tercera ola, mi balanceo, tras la convulsión, escribir sobre los arriesgados sitios por donde es capaz de cruzar el corazón, o del sueño de la niña que se desliza de su silla, mientras sus padres no la miran, y sale corriendo con miedo y furia a las calles, con ella de la mano, los cascos haciendo huidas...


Imagen, Khoa Le

6 comentarios:

Carmela dijo...

Y entre ola y ola es más fácil acercarnos a la niña y con ella de la mano dar unas cuentas puntadas, bordando la rosa que tenía aquél rosal y así de esa manera nos resulta casi fácil bordear los precipicios que despierta nos da terror siquiera acercarnos.

Se que no tendrá sentido para ti pero es la parte que a mí me falta de tus palabras.
Un beso, Say

Say dijo...

claro que tiene sentido, Carmela, es un tapiz que conjura el miedo, bordado con unos hilos especiales...

besos!

Pablo Fer Racines dijo...

Me encanta como escribes

Say dijo...

Pablo,
por lo que he visto eres un gerrero muy dulce...

y eso es lo necesitamos en esta vida...

un beso!

anamaría hurtado dijo...

Siento ese frío, Say, que no se escapa a las mantas ni a las sabanas de franela suave,ni siquiera a las madres diligentes; ese frío que cae como un pétalo de hielo entre el beso y el espejo, ese frío, Say que va disecando los rostros digitales, el si -el no, el sangro- no sangro, el amo-no amo, el soy ésta o esa o no , mejor, no soy... pero tienes razón, el frío teje duras puntadas en la herida,le deja una costura con huecos por donde entran los rosales y por donde se escapan corriendo las niñas vestidas de violeta para ir a dar a la calle de atrás del corazón

un beso con lapiz labial

Say dijo...

qué hermoso lo que has escrito, anamaría...

conoces ese frío que no quita nada, sólo...


enorme y largo abrazo para ti